jueves, 14 de agosto de 2008

Confiar...

Hay dias como hoy en que la rabia me inunda pero con ganas, ya sea por injusticias o porque algo realmente me duele, y que creen???? que hoy me pasaron las dos cosas, querian endilgarme a mi y a mis compañeros de turno un chistecito no muy agradable pero que gracias a mi muy grande labia la cual funciona mejor cuando estoy mas que furiosa.... ya no nos van a cobrar a nosotros por que pa que me deje asi como me ven ta en chino, soy un dulce acarameladisimo, cuando me ataranto, me ataranto en serio y me pongo casi casi como alfombra pero cuando ya veo que de plano se estan pasando de inteligentes (por no decir la palabra contraria) sale mi diablo interior y que diablo! y despotrico con el que se me pone enfrente ah como chihuhuas no!

Y por otro lado hoy me senti muy pero muy triste por algunas cositas que me pasaron y que realmente si me dolieron pero como decia mi amá "si la tristeza me tira el orgullo me levanta" y como de orgullosa tengo muchoooooo heme aqui muerta por dentro pero de pie como los arboles! asi que no esperen consideracion ni bondad por unos dias, ando con el diablo de compañero ;) y el y yo siempre hacemos muy buena pareja asi que aburrr!


John X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central.

Buscó la chica cuyo corazón conocía pero cuya cara nunca había visto: la chica de la rosa.

El interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida. Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Maynell...

Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en Nueva York. Le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle. Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la II Guerra Mundial. Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y el romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Le contestó que si a él de verdad le importaba, no importaría como fuera ella.

Cuando por fin llegó el día en que él regresaría de Europa, arreglaron su primer encuentro: a las 7:00 de la tarde en la Gran Estación Central de Nueva York.
"Tú me reconocerás", dijo ella, "por la rosa que llevaré en la solapa".
Así fue que a las 7:00 John estaba en la estación buscándola.
Pero ahora dejaré que el señor X les cuente lo que sucedió:

"Una joven mujer vino hacia mi, su figura alta y esbelta. Su cabello rubio y rizado se encontraba detrás de sus delicadas orejas; sus ojos eran azules como flores. Sus labios y su mentón tenían una gentil firmeza y dentro de su traje verde pálido era como la primavera en vida. Me acerqué caminando hacia ella sin darme cuenta de que no llevaba la rosa.

Mientras me movía, una pequeña y provocativa sonrisa curvó sus labios:
"¿Vas por mí, marinero?" murmuró ella.
Casi incontrolablemente di un paso hacia ella y entonces vi a Hollis Maynell. Estaba parada casi directamente detrás de la chica. Una mujer, ya pasada de sus 40, con cabello grisáceo bajo un sombrero gastado. Era más que regordeta, sus pies, con gruesos tobillos descansaban en zapatos de suela baja.La chica del traje verde se iba rápidamente. Sentí como si me partiera en dos: mi deseo tan agudo de seguirla, y a la vez tan profundo mi anhelo por la mujer cuyo espíritu me había acompañado y apoyado durante la guerra.

Y ahí estaba ella... Su pálida y rolliza cara era gentil y sensible, sus ojos grises tenían un brillo cálido y amigable... No vacilé; mis dedos apretaron la pequeña y usada copia de cuero del libro que llevaba para identificarme con ella. Esto no sería amor, pero seria algo preciado, algo quizá mejor que el amor, una amistad por la que había y debía estar siempre agradecido. Cuadré mis hombros, saludé y le ofrecí el libro a la mujer, aunque mientras hablaba me sentí ahogado por la amargura de mi decepción.
"Soy el Teniente John X, y usted debe ser la Srta. Maynell. Estoy muy contento de que me pudiera conocer; ¿La puedo llevar a cenar?"La cara de la mujer se ensanchó en una sonrisa tolerante.
"No sé de qué se trata esto, hijo" respondió ella, "pero la señorita del traje verde que se acaba de ir me rogó que usara esta rosa en mi abrigo. Y me dijo que si usted me invitaba a cenar, yo le dijera que ella le está esperando en el restaurante de enfrente. ¡Dijo que era una clase de prueba!"
No es difícil de entender y admirar la sabiduría de la Srta. Maynell. La verdadera naturaleza de un corazón se ve en su respuesta a lo no atractivo.

"Dime a quien amas" escribió Houssaye, "Y te diré quien eres".
p.d. Ah se me olvidaba! No estare poniendo posts tan seguidos por que ya estoy en la uni otra vez y entre el trabajo y la school namas no dare una ehhh asi k si en mis posts empiezan a leer acerca de politica economia y proyectos sociales ni se espanten es k estoy haciendo tarea jajajaja :p

6 comentarios:

. dijo...

eso chingona, asi mero se trata al mundo bravo!!!, jojojoojojoj yo por si las moscas mejor de lejitos jjojojojojooooo, saludos y ya no hagas corajes que salen canas y el tinte esta carisimoooo, bye

Gaby dijo...

Bueno, primero te comento sobre lo del encuentro a ciegas.

¡¡¡YO QUIERO UN HOMBRE ASI!!!

Y ahora sobre lo tuyo:

Por principio de cuentas, que bueno que lograste aclarar las cosas, ya me imagino tu enojo (bien justificado) por la injusticia... Pero ya pasó, así que trata de olvidarlo xque si no te vas a destrozar el higado.
Y mira que te lo dice la mujer más corajuda del universo.

Y por cuanto a lo que te produjo tristeza, pues solo te diré "Arriba y adelante"... Recuerda que lo que no nos mata, nos fortalece.

Te mando un abrazote y espero te vaya super bien en la uni. :D

* R e N a * dijo...

te entiendo, la gente siempre se aprovecha de que una es dulce y buena onda pero lo bueno que no nos dejamos!

A.- dijo...

Ummm no sé...yo creo que, en realidad, el tipo hubiera salido corriendo detrás de la bonita.

Me alegra que lograras solucionar las cosas. Es terrible tener que pasar por tantas furias!!!
El diablo y yo también nos llevamos bien en esos momentos!! jeje

Un beso!

Jo dijo...

je.. yo tengo un dicho
por la buena soy muy buena ... pero por la mala
soy peor :/

Anónimo dijo...

I'm going to cry, quiero a alguien igual, :'(...

Sabes te comprendo a la perfeccion yo suelo ser igual la siempre dulce Alma, pero mejor q ni se metan conmigo porq como dice la cancion de la Paulina Rubio "Por las buenas soy buena, por las malas lo dudo ".

Asi q como dicen en aquien corresponda "sabe que: No se deje".